Uno de L’Arena

La historia de rivalidad entre Soto y La Arena es la historia de tantos y tantos pueblos asturianos que por pura proximidad se empeñaron toda la vida en ver quien la tenía más grande. Daba igual el que, pero el caso era que fuese más grande. Yo que nací en Soto, en el mismo barrio de La Magdalena donde aún hoy viven mis padres, no soy el más indicado para hablar mal de los arenescos teniendo en cuenta que allí dejé a grandes amigos, algunos de los cuales han demostrado ser las mejores personas que se han cruzado y compartido camino con este servidor.

Isra. L'Arena. agosto de 1989. © Miki López

Isra. L’Arena. agosto de 1989. © Miki López


Y hoy quiero acordarme especialmente de mi primo Isra, mi adorado «Cheri», un chaval que con 14 años era un verdadero peligro público, un pillo que casi podía haber salido de una novela de Mark Twain ambientada en los años 80. Con el tiempo, ese crio de rizos rubios a lo afro pasó a formar parte de esta casa emparejándose con mi prima Belén. Teniendo en cuenta que yo los presenté, tuve verdaderos temores de que me echasen de la familia el día que anunciaron su boda, pero no fue así. Y de hecho, este granuja de acento «minín» pasó formar parte del clan de Milio’l Castro y Maruja Quelo entrando por la puerta grande. Bruto como él sólo, juerguista, ingenioso hasta el dolor de cabeza, es el estereotipo de «Uno de L’Arena» con el añadido de que, Isra, tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho.
Así que el «Cheri», que bien podía haber firmado ese manifiesto nacionalista de L’Arena en Wikipedia, para mi no deja de ser una de esas buenas personas de ese pueblo marinero que tienen el don de divertir con esas chifladuras que deben ser consecuencia de la excesiva cercanía al mar Cantábrico y al río Nalón.
Me quito el sombrero ante arenescos como el Cheri. Sois la caña.
¡Gibraltar español y La Deva…… de L’Arena!!!!

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